La habitación doble era acogedora y tenía unas vistas preciosas al jardín. Me encantaron las pantuflas incluidas. Como huésped con niños, me sentí como en casa.

Se escuchaban ruidos del pueblo por la noche, pero otros podrían disfrutar del ambiente local.

Instalaciones acogedoras con cama cómoda, desayunos y comidas buenos y personal atento. Excursiones y tours disponibles.

Me sentí como si me trataran como a un rey, no tengo ninguna pega.

A pesar de cortes de luz, la cercanía a la playa y jardines permitieron relajación. Los puntos de interés cercanos como Bounty Beach y el Mirador Lapus Lapus mejoraron la experiencia familiar, aunque el ruido matutino podría molestar. La amabilidad del personal destacó, facilitando una estancia memorable y enriquecedora. Sin duda volvería.